miércoles, julio 12, 2006

El agua del río

Piensas en una mesa y todas son más o menos iguales. Tienen un número indeterminado de patas, tienen un tablero en la parte superior cuya función principal es la de soportar las cosas que se dejan encima…Es eso, una mesa… Y todas son iguales. Esto pasa con las plantas, con los árboles, con cualquier cosa que sea susceptible de recibir un nombre común. Por desgracia, los “seres humanos” también tienen un nombre común. Un nombre que nos lleva al error de generalizar, de crear una imagen inmutable de ellos. La experiencia nos demuestra que hay muchas personas diferentes y muchas veces creemos conocerlas. Mi experiencia, sin embargo, me dice que las personas son siempre diferentes. Cada día es un día diferente, con unas circunstancias diferentes, con unos problemas diferentes y con unas reacciones diferentes. Siendo todo tan distinto, ¿cómo podemos asegurar que conocemos a una persona? ¿Cuál es la clave para conocer a alguien? No creo que haya ninguna clave, pero si la ahí, seguro que pasa por intentar comprender a ese ser irrepetible dentro de una vida que cada día es diferente. La vida fluye como un río y aunque mañana el agua sea diferente, el río será el mismo.

No hay comentarios: